Spanish

Mientras escribo estas líneas el drama en Francia acaba de ser llevado a un sangriento clímax final con la muerte de los dos hombres que asesinaron al personal de Charlie Hebdo. Este desenlace era tan inevitable como el final de una tragedia griega. No había ninguna perspectiva realista de cualquier otra. Tres días de intenso drama que capturaron la atención del mundo han terminado con veinte muertos, un número aún desconocido de heridos y una nación en estado de trauma.

El ataque terrorista contra Charlie Hebdo ha provocado una enorme ola de emoción, rabia e indignación en toda Francia. La misma tarde noche, más de un centenar de miles de personas bajaron a las calles en numerosas ciudades. La repulsión que suscita este acto bárbaro se une a la emoción ligada a la personalidad de las víctimas, algunas de ellas gente muy conocida y apreciada.

Cambios tectónicos están teniendo lugar en la economía mundial. El precio del petróleo se ha reducido drásticamente en los últimos seis meses. El precio del petróleo Brent ha caído a menos de 60 dólares el barril. Esto marca una caída de cerca del cincuenta por ciento en el precio de 115 dólares por barril en junio. Se anuncia una nueva etapa de la crisis capitalista, y su impacto se hace sentir en todo el mundo.

Mientras despedían con bailes el Viejo Año y daban la bienvenida al Nuevo con cantidades copiosas del mejor champán, como es su costumbre; los burgueses, desde Nueva York hasta Londres, deben haber sentido un brillo reconfortante de confianza. Cinco años después de la catástrofe de 2008, ¿no están todavía firmemente al mando del timón? Los temores iniciales de que la crisis debía conducir a un terrible apocalipsis social y político se han disipado. El capitalismo está vivo y coleando. Los beneficios están fluyendo alegremente y los ricos son cada vez más ricos. En resumen, todo va bien en el mejor de los mundos capitalistas.

El miércoles 17 de diciembre, EEUU admitió que su intento de intimidar a Cuba para someterla había fracasado. Esto debe ser visto como una victoria de la Revolución Cubana y su resistencia contra el ataque implacable de la potencia imperialista más poderosa de la tierra a sólo 90 millas de distancia de sus costas. Sin embargo, el imperialismo de Estados Unidos no ha renunciado a sus objetivos: la restauración de la dominación de la propiedad privada y la destrucción de las conquistas de la revolución. Se han cambiado tan sólo los medios para lograr el mismo resultado.

Las elecciones parlamentarias del 26 de octubre han otorgado un buen número de escaños a diferentes partidos e individuos de extrema derecha, ya sea en las listas de los diferentes partidos o en distritos de mandato único. Algunos de ellos son ya miembros de la mayoría de gobierno y otros han sido elegidos para las diferentes posiciones en las comisiones parlamentarias.

Primero fue el escándalo provocado por Chelsea Manning y Julian Assange, sobre los escalofriantes crímenes de guerra de EE.UU. en Irak y Afganistán y la cínica conducta de la diplomacia norteamericana. Después, vinieron las revelaciones de Edward Snowden sobre la recopilación masiva de información ejercida por la NSA (la Agencia de Seguridad Nacional del gobierno de EE.UU.): supimos que todo lo que hemos leído, escrito, o hablado por teléfono o Internet en la última década o más, se ha registrado y archivado y puede recuperarse a discreción. Se les tildó de enemigos de Estado, de traidores, y se les amenazó con la pena de muerte, los tres o se encuentran en prisión o se han visto

...

Alan Woods habla con La Radio del Sur sobre la lucha de la juventud en Gran Bretaña como expresión del enorme malestar político y social por la crisis del capitalismo.

Por primera vez, varias encuestas sitúan a PODEMOS como primera fuerza en intención de voto. Esto refleja el agudo giro a la izquierda que se ha producido en la sociedad española. La clase dominante está histérica y en pánico, tratando de atemorizarnos con un desastre económico si PODEMOS aplicara su programa.

El violento secuestro y desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero en septiembre ha sumido a México en una profunda crisis social y política. El caso de los estudiantes de Ayotzinapa ha llevado a las masas a la calle y ha convulsionado la presidencia de Enrique Peña Nieto.

Luego del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, la revolución parece encaminada en su encrucijada final, entre un giro radical hacia la profundización de socialismo o la simple liberación del capitalismo de mercado. Sin embargo ciertos elementos enquistados en la dirección del gobierno, quienes durante el mandato de Chávez pasaron desapercibidos con un discurso clasista y radical, ahora parecen haberse quitado la máscara y presionan desde adentro para la liberación de los controles, y del capitalismo.

Cerca de tres  meses después de la muerte de Michael Brown, un joven negro desarmado de 18 años de edad, Darren Wilson, el agente de policía que le disparó varias veces a pesar de que Brown había levantado los brazos en señal de rendición, permanece libre y seguramente en la clandestinidad. La región de St. Louis se encuentra tensa a la espera de la decisión del gran jurado sobre si debe o no presentar cargos en contra de Wilson. El crimen de Brown ha llamado la atención sobre el hecho escalofriante de que un promedio de dos hombres negros son asesinados por la policía cada semana en los Estados Unidos.

Han pasado siete semanas desde el ataque de la policía y posterior desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que fueron entregados a un cártel de la droga. El brutal incidente en la ciudad de Iguala, Guerrero, ha sido la gota que ha colmado el vaso, y que ha provocado una ola de protestas masivas que no para de crecer.