Hace unos años Barcelona fue uno de los principales escenarios de los movimientos sociales que hizo tambalear los antiguos equilibrios del Estado Español: como las luchas contra los desahucios, que vieron nacer a la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH); el 15-M, donde millones de jóvenes y trabajadores expresaron su voluntad de romper definitivamente con el bipartidismo y manifestaron sus necesidades de democracia directa y justicia social; de las Mareas, y de todas las huelgas y luchas sindicales contra los recortes y privatizaciones del Gobierno central, de la Generalitat y del Ajuntament.